Los Muertos no quieren flores
Los muertos dicen adiós
expirando sin permiso
parando su corazón
sin anuncio o previo aviso.
Los muertos no quieren luto,
los muertos no quieren flores,
que se vistan quien les amen
con los más vivos colores.
No quieren ser un recuerdo
¿Para qué? Piensan los muertos,
ni que les cierren los ojos
quieren los ojos abiertos.
No quieren que les expongan
en lóbrego escaparate
si pudieran se opondrían
a tan necio disparate.
Les gustaría ser anónimos,
de condición vergonzosa
no quieren que les observen
con emoción engañosa,
ni quieren que en triste llanto
nombren su fatalidad
ni que glosen sus hazañas,
carecen de vanidad.
Los muertos no quieren rezos
ni panegíricos bellos
ya no precisan de nada
ni que se ruegue por ellos,
no desean funerales
donde alaben su bondad
mejor es su paz eterna
en estricta intimidad,
les desagrada un entierro
quisieran pudrirse al raso
en cualquier solar baldío
por donde hollaron sus pasos.
Los muertos no quieren nichos
ni una sepultura fría,
quieren sentir en sus huesos
como nace y muere el día.
Los muertos aman la luz
renegando de misterios,
los muertos no se aparecen
ni dejan sus cementerios,
los muertos prisa no tienen,
nada les es acuciante,
verán llegar a otros muertos
tienen tiempo por delante.
Juan E. Uceda