Ya se alejan las nubes de tormenta,
su danza de tambor que rompió el cielo
esparciendo su llanto sobre el pelo
de la ama que me excita y alimenta.
Salvaje en mi deseo se aposenta
virtual boca de menta y caramelo,
en sus besos de miombo me acuartelo
donde el miedo ni vive ni fermenta.
Dulce y tierna mi fragil africana
su sueño en blanco y negro aquí nos trajo,
me empapo en el calor de su sabana
y de su alma de almendra y avellana,
que ni daño ni mancho, ni la ultrajo
si dejo mi corazón sobre su cama.
Juan E Uceda